Mejorar las relaciones interpersonales

Mejorar las relaciones interpersonales es posible.

Si.

En este artículo toca hablar de mejoras. 

Quiero contarte 9 cosas que a mi me han funcionado y gracias a las cuales mis relaciones interpersonales han mejorado y mejoran día a día.

No es fácil.

Es posible.

Requiere de un ejercicio de desarrollo personal importante.

Pero veras, que si lo aplicas, casi seguro que mejoras tus relaciones interpersonales muchísimo.

Vamos al lío.

9 estrategias para mejorar las relaciones interpersonales

  • Desarrolla tu empatía
  • Ten una comunicación efectiva
  • Gestiona los conflictos
  • Cultiva la confianza
  • Dedica tiempo de calidad
  • Se auténtico
  • Cuídate
  • Se flexible
  • Y la última y más importante la dejo para el final

¡Empiezo!

Desarrolla tu empatía

Podría escribir mucho sobre qué es la empatía, pero para esta ocasión me voy a quedar con la definición que seguro has escuchado alguna vez.

La empatía es ponerse en el lugar de los demás.

Bien.

Lo que sí que tiene más miga y en lo que me voy a centrar, es como yo hago esto.

¡Ojo! no soy gurú de nada, puedo estar equivocado, no tiene porque funcionar a todo el mundo.

Solo te cuento mi experiencia, como siempre :).

Hablar de empatía es hablar de emociones. 

De lenguaje no verbal.

Y de entender lo que está pasando por tu persona, lo que está pasando por su persona, cuando pasan cosas.

En esto de la empatía es clave que te intereses y preocupes por las vivencias de la persona que tienes delante. 

Para cultivar la empatía, es esencial practicar la escucha activa, prestando atención no solo a las palabras expresadas, sino también a las emociones que aparezcan. 

Además, fomentar la curiosidad acerca de las experiencias y puntos de vista diferentes amplía la comprensión y fortalece los lazos interpersonales. 

En última instancia, la empatía nutre la conexión humana, generando un terreno fértil para relaciones más enriquecedoras y solidarias.

Ten una comunicación efectiva

Si no te sabes comunicar, vas a fallar.

Igual es cosa mía, pero muchas veces siento que no se le da la importancia que merece.

La comunicación, para mi, es el arte de confirmar que lo que has contado se ha recibido como lo has querido contar.

Para eso te puedes ayudar de:

  • Experiencias que hayas vivido
  • Definiciones de las palabras que estás usando
  • Pedir a la otra persona que te cuente lo que ha entendido

Pero no solo eso.

Es casi más importante, estar atento y saber identificar el lenguaje no verbal de la persona con la que te estás comunicando.

Alguien te puede estar diciendo algo de voz pero con el cuerpo contarte otra cosa.

Cuando identifiques este tipo de situaciones, pregunta.

Es posible incluso que te de miedo entrar en conflicto, pero no tiene por qué darse. Y si se da, puedes gestionarlo.

Siempre va a ser mejor arriesgarse y conseguir una comunicación efectiva que dejarlo pasar por miedo.

¿Te estás enterando de lo que te están contando?

Esto es clave y requiere un esfuerzo que consiste en:

  • Llevar a cabo una escucha activa: presta atención a lo que te están contando
  • Muestra interés sobre lo que te están diciendo: haz preguntas sobre el tema
  • Repite lo que te han contado: para que te confirmen si te has enterado

Cuando eres capaz de generar este clima de comunicación, tus relaciones interpersonales mejoran porque creas confianza.

Piensa en esas personas con las que te puedes tirar horas hablando. 

En parte es porque tenéis una buena comunicación.

Gestiona los conflictos

¿Hasta qué punto estás dispuesto o dispuesta a dar tu brazo a torcer?

Gestionar conflictos tiene que ver mucho con llegar a un acuerdo en el cual ambas partes sintáis que ganáis.

A veces, un conflicto puede no resolverse, pero eso no es malo.

Para mí, la clave aquí está en abrir la mente.

¿Alguna vez te has planteado que puedes estar equivocado? Yo intento hacerlo siempre. Hasta cuando creo tener algo super claro.

Cuando nos hacemos esta pregunta, automáticamente cambiamos el punto de vista, y cambiar el punto de vista implica ver cosas que antes no estabas viendo.

Ya solo por eso, merece la pena el ejercicio.

Por tanto, para gestionar un conflicto, la empatía y la comunicación son muy importantes.

En un conflicto, vas a tener que ceder y vas a tener que expresar con asertividad cuales son tus líneas rojas.

Escucha, escucha, escucha, escucha.

Ten paciencia, no hay prisa. 

Cuando la otra persona haya dicho todo lo que siente, entonces, y solo entonces, habla tú y expresa con tranquilidad lo que sientes.

Si estás nervioso, para. 

Puedes aplazar la conversación a un momento en el que estés más tranquilo o tranquila.

Este punto es importantísimo, no sabes cuanto.

Practica, practica, practica.

No hay que tener razón.

No hay que convencer de nada a nadie.

Identifica en qué cosas puedes ceder, en qué cosas querrías mantenerte firme.

Pregunta en qué cosas podría ceder la otra persona y que cosas son importante para él.

Negocia e intenta llegar a un acuerdo.

Pero si al final no lo consigues, no te sientas mal, no desees el mal. 

Acéptalo con paz y a otra cosa. 

Hay veces que no tienes que seguir un camino conjunto con otra persona.

Se puede estar de acuerdo en el desacuerdo.

Si aplicas todo esto que te digo, casi seguro, resolverás la gran mayoría de los conflictos en los que te encuentres.

Y lo mejor de todo.

Tus relaciones interpersonales mejorarán.

Piensa que probablemente tu salud también se verá afectada a mejor.

Cultiva la confianza

Y para ello la coherencia es imprescindible.

Imagino que alguna vez habrás escuchado una frase de este tipo: “la confianza se tarda en construir años pero un día en destrozarla”.

La confianza se riega y es el pegamento que hace que tus relaciones interpersonales sean sólidas.

Es importante que sepas gestionar las expectativas que generas.

Decir algo y hacer lo contrario… no ayuda.

Piensa que “puedes hacer lo que quieras” pero que eso que hagas vaya alineado con lo que has proyectado que vas a hacer.

Y luego.

La confianza tiene que ver con prestar atención a tus relaciones. Preocuparte por ellos. Estar cuando hay que estar y dejar espacio cuando hay que hacerlo.

Todo esto día a día. Una y otra vez.

Cuando construyes lo que la gente puede esperar de ti, y se alinea con lo que quieres hacer, la confianza se fortalece y por tanto tus relaciones interpersonales también.

Es un juego de constancia y coherencia.

Dedica tiempo de calidad

Esta es muy sencilla.

Cuando estés con alguien, estate con esa persona.

Ahora posiblemente sea más complicado, ya que tenemos muchas más distracciones.

Aun así, presta atención a la persona con la que estés.

De esta forma vas a generar recuerdos que fortalecerán tus vínculos.

Vas a mejorar tus relaciones interpersonales.

Se auténtico

Esta es más difícil de explicar pero aun así voy a intentarlo.

Sé tú mismo, espontáneo.

No intentes aparentar lo que no eres.

No te censures.

Todo ello va a generar una forma de comportarte única.

Esa forma te va a diferenciar del resto, al final eres único o única entre todos.

La gente querrá compartir tiempo contigo porque notarán esa autenticidad que les hará conectar. Les incitará a ser auténticos.

Ser auténtico ayuda a mejorar tus relaciones interpersonales.

Cuando eres auténtico, proyectas seguridad y generas confianza.

Se auténtico. 

Incitas a que el resto sea auténtico y se sientan tranquilos, en paz, confiados y ellos mismos.

Cuídate

Esta es la base.

Si no estás bien no podrás mejorar tus relaciones interpersonales.

Aunque suene paradójico, primero tú y luego el resto.

Primero tu para poder ofrecer a los demás, ofrecer calidad.

Conócete a ti mismo, lo que te gusta, que te apetece hacer, a qué quieres dedicar tu tiempo, con quien quieres pasarlo.

Desarrolla la curiosidad, aprende, crea experiencias, vívelas.

Gana en seguridad, construye tus valores, actúa guiado o guiada por ellos.

Ponte objetivos, ve a por ellos como si fuera un juego. Diviértete.

Y cuando tengas esto controlado, ve aplicando el resto de estrategias que te he ido contando en este artículo.

Se flexible

Mejorar las relaciones interpersonales tiene que ver con caminar juntos.

Y en el camino las cosas cambian.

Saber adaptarte puede ser difícil pero es necesario.

¿Recuerdas? cede cuando sea necesario, pon los límites que consideres, crea tu escala de valores, analiza tus gustos y objetivos…

Pero no seas rígido.

Todo eso puede cambiar porque en el proceso aprendes, descubres, creces.

La rigidez te lleva a la frustración. No te permitirá gestionar las expectativas.

Habrá muchas cosas que no podrás cambiar ahí fuera, pero tu si puedes adaptarte y cambiar si lo ves necesario.

Cuanto más capaz seas de adaptarte, más sólidas serán tus relaciones interpersonales.

Hay una ley, con la que estoy alineado, que dice algo así como: “lo único que no cambia es que todo cambia”.

Quieras o no esto es así.

Bien.

Pues intenta navegar teniendo esto en cuenta.

En mi experiencia he podido comprobar que las personas que son flexibles tienen mejores relaciones interpersonales.

¡Ojo! esto no quiere decir que cambies a todas horas todo. Piensa que a lo largo de tu vida construyes sobre unas bases, construyes una esencia.

Cuida esa base y esa esencia, es sano.

Pero…

Todo lo que gira en torno a ello puede cambiar y adaptarte es clave.

Pruébalo, no ofrezcas resistencia.

Estoy seguro de que mejorarán tus relaciones interpersonales.

Ponte al servicio de los demás

Bien. Todo concluye aquí.

Para mi, todo esto que te he contado cobra sentido porque te permite ponerte al servicio de los demás.

Piensalo, el mundo está construido para que sirvas a los demás.

Si aportas valor, serás recompensado.

Y la forma de aportar valor es servir a los demás.

¿Cómo crees que mejorarán tus relaciones interpersonales?¿Sirviendo a los demás?¿O pasando de ellos?

Es evidente la respuesta.

Eres un ser social y necesitas relaciones interpersonales sanas y sólidas.

Punto.

No estás diseñado para estar solo.

Si sirves a los demás serás más feliz.

No lo pienses, llevalo a la práctica y lo podrás comprobar por ti mismo o misma.

No esperes nada a cambio, llegará por diez.

Solo céntrate en aportar valor, en servir a todo tu entorno.

Da igual que los conozcas más, que sea una persona que te cruzas en la calle, que sea tu padre, tu hermano, un amigo, alguien que te cae mal.

Sirve a los demás y tus relaciones interpersonales mejorarán a ritmos acelerados.

¡Ojo! no seas pelota, no adules de forma artificial a la gente, no busques servir a cambio de favores.

Se tú, auténtico, flexible, seguro de ti mismo, empático, comunicativo y todas estas cosas que te he contado.

Y sirve a los demás.

Y hasta aquí la chapa jajajaja.

Feliz año.